Desde que comenzó la pandemia, ¿han aumentado tus dolores de cabeza? ¿Te cuesta dormir, o bien, duermes demasiado? ¿Te levantas irritad@ o abrumad@? ¿Sientes dolor de espalda a pesar de no tener una herida previa?
No, no es locura. Se tratan de reacciones esperables en tiempos anormales. La emergencia sanitaria, las medidas de control sin precedentes, el aislamiento, la incertidumbre y la sensación de vulnerabilidad, entre otros, pueden dar lugar a un significativo malestar emocional que, si bien es esperable, es difícil de manejar y muchas veces sobrepasa nuestras capacidades de respuesta.
Las emociones son reacciones psicológicas y fisiológicas que buscan adaptar al individuo ante estímulos que pueda estar enfrentando en cada momento, por lo que suelen estar acompañadas de reacciones físicas (ej. Sensación de fatiga); cognitivas (ej. Impulsividad); y comportamientos o expresiones sociales (ej. Discriminación).
La pandemia por COVID-19 ha sido catalogada como una crisis prolongada, por su extensión en el tiempo. Una crisis puede ser definida como un cambio brusco, profundo y de consecuencias importantes. Por lo que es de esperar que se den reacciones que busquen la adaptación, aunque no siempre lo logren.
¿Qué reacciones caben dentro de lo esperable en una situación de crisis?
Reacciones físicas | Reacciones psicológicas: Sensaciones | Reacciones psicológicas: Cognitivas | Expresiones sociales y comportamientos |
Tensión muscular | Estado de Schock | Dificultades para concentrarse | Incremento de conflictos interpersonales |
Cansancio | Miedo | Dificultad para tomar decisiones | Retraimiento social o aislamiento |
Cambios en patrones del sueño | Duelo (dolor por una pérdida) | Autoestima decaída | Sobreprotección |
Reducción de deseo sexual | Rabia o enojo | Autoeficacia disminuida | Desconfianza |
Pesadillas | Dificultad para sentir alegría | No poder dejar de pensar en la pandemia | Búsqueda de culpables |
Sobresaltos o exaltación | Culpa | Sensación de abandono o rechazo | Dejar de hacer cosas que antes disfrutabas |
Cambios de apetito | Preocupación | Dificultad en desempeño laboral | |
Dolor de cabeza | Irritabilidad | Fluctuaciones de emociones | |
Perturbaciones gastrointestinales | Sensación de impotencia | Fluctuación de emociones |
Diversos estudios han propuesto estrategias que pueden ayudar a afrontar una situación de crisis, sea resultado de la pandemia por COVID-19 o alguna otra circunstancia:
- Mantener rutinas, puesto que ayudan a recuperar la sensación de control.
- Cuidar horarios de sueño. La falta o exceso de sueño prolonga los síntomas. A largo plazo, es uno de los factores de riesgo principales en el desarrollo de patologías (ej. Estrés postraumático).
- Fortalecer redes de apoyo, pueden ser amigos, familiares, comunidad, grupos de apoyo e instituciones. Distanciamiento físico no es lo mismo que aislamiento, es importante buscar formas de mantenerse conectados.
- Una alimentación sana y balanceada, para ayudar al cuerpo a regularse. Un exceso de carbohidratos, por ejemplo, solo aumentará la sensación de fatiga.
- Ejercicio aeróbico, para reducir la ansiedad y estrés, y ejercicios de estiramiento para reducir tensión.
- Educación respecto al virus y cómo protegernos, para la reducir la incertidumbre. Para ello, cuidar que las fuentes donde te informas sean certificadas.
- Técnicas de respiración y de relajación muscular, pueden ayudar a estabilizar, detener el pensamiento, reducir la ansiedad y la tensión.
Si nos hacemos cargo de estas reacciones, las identificamos, reconocemos, y buscamos ayuda a tiempo, podemos revertirlas y volver a sentirnos mejor, y si alguna de ellas vuelve, sabremos mejor cómo manejarlas.
Autora: Psicóloga Paola Cordón
Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC: