¿Qué hacemos con nuestros miedos? 

Son muchas las inquietudes que, en muchas ocasiones, nos quitan el sueño y la posibilidad de tener un buen descanso. Si a esto sumamos la permanente información atemorizante que emiten los canales de televisión, a través de sus matinales y noticieros, tenemos un escenario poco alentador para la salud física y emocional. 

Quedarnos en nuestros hogares ha significado disminuir el riesgo de contagio del Covid-19 pero también ha significado aumentar la exposición a noticieros/ matinales, con noticias e información que nos llevan a mayor incertidumbre, contenidos nocivos para la salud, aumentando el temor y, por ende, el riesgo de estrés, ansiedad, angustia, depresión. 

Hemos aprendido que ciertas emociones son negativas, entre ellas el temor. Sin embargo, el temor nos permite tomar decisiones de gran importancia, que en muchas ocasiones nos permiten la sobrevivencia. Situaciones cotidianas como cruzar una calle, utilizar bien los aparatos eléctricos o a gas, salir con ropa adecuada para el clima, no comer alimentos descompuestos, entre miles de situaciones cotidianas, en las cuales encontramos riesgos, el temor nos permite tomar decisiones adecuadas para nuestra sobrevivencia. 

Aprender a convivir con el temor facilita la activación de mecanismos de afrontamiento y la construcción de nuevos escenarios de convivencia en los hogares, mejorando los espacios físicos y emocionales. 

Ejemplo: La pandemia. 

Sugerencia: Al informarse, ser selectivo con la información que necesito y los medios de comunicación que utilizo. Destinar y delimitar un tiempo, previamente definido para informarse. Ejemplo: 30 min. por día. Comprender que en la medida en que aplico todas las medidas recomendadas por las autoridades disminuyo no sólo mis riesgos sino el de mi entorno más cercano. Veamos algunos ejemplos:

Ejemplo: Tengo miedo a quedar sin trabajo 

Sugerencia: Puedo comenzar a pensar e identificar opciones. Hacer una lista con: red de contactos, áreas y ámbitos nuevos en los que me puedo desempeñar, ideas de emprendimiento, compartir la inquietud con la familia/amigos, con el fin de encontrar soluciones en conjunto. Organizar y desarrollar las ideas. 

Ejemplo: Miedo a que mi hijo/hija repita. No está motivado/a, ni participando en clases. 

Sugerencia: Cuantificar y clasificar las tareas pendientes, planificar, buscar ayuda con familiares o conocidos que conozcan las temáticas, buscar información en Google, hablar con los profesores y pedir apoyo, construir instancias de colaboración con el colegio, comunicarse con otras mamás/papás y organizar espacios de apoyo. 

Ejemplo: Tengo miedo a que las salidas de mi hijo/hija. No obedece al toque de queda, ni a las medidas, tampoco toma precauciones. 

Sugerencia: Identifica los riesgos y conversa con tu hijo/hija, pregúntales como solucionaran el problema en caso de contagiarse, define límites y responsabilidades asociadas a un eventual contagio. 

A nivel preventivo, fomenta actividades en familia, como participación en labores domésticas y rutinas con horarios, genera un espacio grato, relajado y confiable en el hogar, facilitando el desarrollo de los integrantes a través de actividades simples, trabajo en equipo, mejorando la comunicación, practicar escucha activa logrando conocer los intereses, sueños, planes de tu hijo/hija, sin críticas sino con un objetivo de colaboración hacia éstos. 

La invitación es a vivir el miedo como una señal que te permite tomar decisiones y ejecutar acciones que mejoren tu vida y tu bienestar. 

Autora: Psicóloga Marcela Cortez

Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC :

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